Brian X. Chen
Cuando OpenAI develó la última versión de su inmensamente popular chatbot ChatGPT este mes, tenía una voz nueva con inflexiones y emociones similares a las humanas. En la demostración en línea, el bot también le enseñó a un niño a resolver un problema de geometría.
Para mi disgusto, la demostración en esencia resultó ser solo un señuelo publicitario. El nuevo ChatGPT se lanzó sin la mayoría de sus nuevas funciones, incluida la voz mejorada (la cual la empresa señaló que había pospuesto para hacer correcciones). La capacidad de usar la videocámara del teléfono para obtener un análisis en tiempo real de algo como un problema de matemáticas tampoco está disponible todavía.
En medio del retraso, la empresa también desactivó la voz de ChatGPT que, según algunas personas, sonaba como la actriz Scarlett Johansson, después de que la celebridad amenazó con emprender acciones legales, por lo que la remplazaron con otra voz de mujer.
Por ahora, lo que sí se lanzó con el nuevo ChatGPT es la capacidad de subir fotos para que el bot las analice. En general, los usuarios pueden esperar respuestas más rápidas y lúcidas. El bot también puede hacer traducciones de idiomas en tiempo real, pero ChatGPT responderá con su antigua voz de máquina.
No obstante, se trata del chatbot líder que revolucionó la industria tecnológica, así que valía la pena hacerle una reseña. Después de probar el chatbot acelerado durante dos semanas, tuve sentimientos encontrados. Sobresalió en la traducción de idiomas, pero tuvo dificultades con las matemáticas y la física. En total, no vi una mejora significativa en comparación con la última versión, ChatGPT-4. En definitiva, no dejaría que le diera clases a mi hijo.
Esta táctica que usan las empresas de inteligencia artificial en la que prometen nuevas funciones sensacionales y entregan un producto sin acabar se está convirtiendo en una tendencia que está destinada a confundir y frustrar a la gente. El Ai Pin de 700 dólares, un alfiler de solapa parlante de la empresa emergente Humane, la cual goza del financiamiento del director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, recibió críticas generalizadas porque se sobrecalentaba y decía disparates. Hace poco, Meta también les agregó a sus aplicaciones un chatbot de inteligencia artificial que hizo un trabajo mediocre en la mayoría de las tareas promocionadas, como la búsqueda de boletos de avión en internet.