El Poblado, el exclusivo sector de Medellín que se convirtió en el epicentro del turismo sexual que desborda la ciudad

El Poblado, el exclusivo sector de Medellín que se convirtió en el epicentro del turismo sexual que desborda la ciudad

DAVID RAUDALES
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 Dos policías en El Poblado, Medellín.

Desde el 1 de abril está prohibido por seis meses la prostitución en las zonas más frecuentadas en El Poblado. [Getty Images]

Esto que te cuento ocurrió antes de la pandemia, antes de que creciera tanto el turismo sexual en Medellín.

Una amiga me puso en contacto con unos estadounidenses. Uno, 'Herbie', tenía 39 años. El otro, Víctor, más de 40. Yo tenía 15.

"La amiga", mi proxeneta, era una pelada como yo. Conocía a gringos en fiestas en que le pedían niñas, quedaban en contacto y recibía plata por unas y otras.

A una le sacaban un porcentaje por salir con ellos.

El primer encuentro con 'Herbie' ocurrió en El Poblado, en una antigua mansión rentada convertida en apartamentos lujosos. Había hasta jacuzzi.

Yo había estado con otros hombres y ya tenía el corazón de piedra. A partir de ese momento ya solo estaba con 'Herbie'. Él me trataba bien.

Víctor me trataba muy mal. Con él nunca estuve. Él solo grabó un video del que no supe hasta que me citaron de la policía para declarar.

Lo consiguieron eliminar a tiempo, pero ya sabes cómo es internet: copias y copias se vendieron por WhatsApp en Estados Unidos.

Cuando a 'Herbie' lo metieron en la cárcel recibí amenazas y su abogado me ofreció plata para ayudarlo a salir, pero yo cambié de número, borré Facebook y me centré. Ahora tengo hija, pareja estable y mi propio negocio.

Ahora la explotación sexual es muy evidente. Antes no veías tantas niñas en el parque Lleras.

El Lleras

El testimonio pertenece a María Saavedra*, pero podría ser el de cualquiera de las decenas de víctimas, muchas menores de edad, que cada año son explotadas sexual y comercialmente en Medellín.

El parque al que se refiere, El Lleras, está rodeado de discotecas, restaurantes y hoteles. Es un popular punto de encuentro del exclusivo sector de El Poblado, que en los últimos años se convirtió en el epicentro del turismo sexual que inunda la ciudad.

A pocos metros de aquí, un cartel anuncia la clausura del hotel Gotham, donde a fines de marzo la policía descubrió al turista estadounidense Timothy Alan Livingston junto a dos niñas de 12 y 13 años.

Anuncio de clausura del hotel Gotham.
El Gotham cerró tras el escándalo de Livingston, quien regresó a Estados Unidos y tiene una orden de captura en Colombia. [José Carlos Cueto / BBC News Mundo]

El caso derivó en un escándalo que provocó que el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, emprendiera una campaña "contra la explotación sexual y comercial, especialmente de niñas, niños y adolescentes en el parque Lleras" y otras "áreas afectadas" de El Poblado.

“Nadie puede venir a la ciudad con fines de explotación de menores”, dijo Gutiérrez, quien decretó la prohibición por seis meses de la oferta y demanda de servicios sexuales y restringió el horario de cierre de clubes en esta zona.

Pocos días después del decreto recorrí varias noches el Lleras y sus aledaños. Vi, pese a la prohibición de la alcaldía, a muchos turistas extranjeros acompañados de mujeres locales.

"Es la segunda vez que venimos y esto sigue igual: bonito y barato", me comentan dos estadounidenses de Chicago.

En los accesos al parque hay vallas policiales. Los agentes cachean, piden identificación. Es difícil comprobar quién demanda u oferta sexo.

"Si te fijas, entran las bonitas, las bien vestidas, las que parecen menos prostitutas", me explica la camarera de uno de los bares del parque.

"En los alrededores verás a las migrantes, las menos arregladas, las menores".

El Lleras, llenándose de a poco el sábado 13 de abril de 2024.
Pese a las medidas, la prostitución es una actividad difícil de demostrar. [José Carlos Cueto / BBC News Mundo]

El parque no fue siempre así. Jazmín Santa, investigadora de la Universidad Pontificia Bolivariana, recuerda el cambio en la última década.

"Solía venir la gente de acá, era un lugar más tranquilo, y de repente se vio llegar a cada vez más extranjeros con mujeres jóvenes locales. Vino la pandemia, el boom turístico, la necesidad. Mujeres en prostitución vieron posibilidades en el sector".

"Vaya a El Poblado porque pagan más", le recomendaron a Valery Parra Ramírez, trabajadora sexual trans que dice que aquí se puede cobrar en dólares a los turistas que frecuentan la zona.

Personas caminando en El Poblado, Medellín.
Dos personas caminan en El Poblado, Medellín, el 2 de abril de este año. [Getty Images]

La doble cara del boom de Medellín

Medellín hierve de turistas y nómadas digitales décadas después de enterrar su pasado violento de los 80 y 90, alimentado especialmente por el cartel de la droga liderado por Pablo Escobar.

Su buen clima y la popularidad de fenómenos medellinenses de la música como Karol G o Maluma son atractivos que ayudan a inflar las arcas de la capital antioqueña.

El turismo representa un 7% del PIB de la ciudad, donde en el primer trimestre de este año sus visitantes gastaron US$221 millones, según la alcaldía.

Pero es un turismo con características muy concretas.

Un 57% de los 1,2 millones de visitantes entre 2022 y 2023 fueron hombres con una edad promedio de 37,7 años, según el Sistema de Inteligencia Turística. Casi la mitad vinieron de Estados Unidos, unos 503.000, seguidos de lejos por los panameños (167.000) y los mexicanos (159.000).

Un 88,29% llegó buscando ocio.

Investigadores y trabajadoras sexuales entrevistados por BBC Mundo vinculan este boom y perfil turístico en parte al comercio sexual.

Katherine Jaramillo Díaz, fundadora de la ONG Valientes, dice que Medellín viene desarrollándose como destino sexual desde hace más de una década, pero que todo se aceleró alrededor de 2019.

"Se abrió la primera universidad de modelos webcam en Medellín, un impulso para hablar de la ciudad como capital del sexo donde se capacitaba a mujeres para ofrecer servicios sexuales en la web. Comenzó a normalizarse", le explica a BBC Mundo.

En Colombia, la prostitución es legal por voluntad y beneficio propios a partir de los 18 años, pero cualquier intercambio por sexo con un menor de 18 se considera explotación. El proxenetismo también es delito.

Pese a ello, los casos de presuntas explotaciones sexuales se suceden.

El viernes 19 de abril un estadounidense fue detenido en el aeropuerto de Miami antes de embarcar hacia Medellín para presuntamente abusar de menores, según las conversaciones que interceptó la policía con un supuesto traficante de la ciudad.

Entre 2010 y 2022 se contabilizaron más de 3.000 víctimas de explotación, abuso y otros delitos sexuales contra niños, niñas y adolescentes en Medellín, de acuerdo a cifras oficiales de la alcaldía, la policía, la fiscalía y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

En 2023, según la ONG Valientes, se reportaron otras 329 víctimas por delitos asociados a la explotación sexual de menores de edad. Investigadores temen un subregistro por la normalización del fenómeno.

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